YO NUNCA… hago lo que no quiero
- enfocadosadolescen
- 7 jul 2021
- 4 Min. de lectura
Comencemos el blog de hoy con esta consigna: leer el color y NO la palabra.


Resulta un poquito complicado ¿no?
Este ejercicio refleja lo que muchas veces nos pasa, queremos hacer o decir algo y terminamos haciendo todo lo contrario, justo lo que no queremos hacer o decir eso hacemos.
‘’No entiendo lo que me pasa, pues no hago lo que quiero, sino lo que detesto. Romanos 7.15’’
Cómo no sentirme identificado con este versículo. El hecho de que Pablo (escritor del vers.) haga tal afirmación parecería ser algo negativo, pero luego de pensarlo descubro que me anima. Pablo demuestra que a pesar de todo lo que ya ha logrado se siente disconforme con su realidad actual.
Tiene conciencia de su debilidad y encuentra placer en la “limpieza de la gracia”. Peor sería no tener ni noticia de que se están haciendo las cosas mal. Es algo así como tener una lechuga entre los dientes y nunca enterarse. Todo el mundo se reiría de nosotros y no sabríamos por qué. Pero Pablo lo sabe.
Reconocerse es curarse un poco decía una canción de Los Cafres (Reggae argentino). Conocerse es el paso esencial.
Es impresionante la cantidad de veces que los malos pensamientos se apoderan de nuestra mente. Yo por eso he aprendido a conocer y ser consciente de que necesito abrazarme a Dios a diario. Me doy cuenta de la contaminación que tantas veces hay en mi cabeza y me hace bien recordar que fui alcanzado por la gracia de Dios.
Pregunta para pensar: ¿Por qué hago cosas que no quiero? ¿Cuál es la gran solución a mi pecado?
Somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Romanos 8.37

Había un muchacho al que sus compañeros de escuela le decían Sparky porque se parecía a un famoso personaje de historietas en Estados Unidos. El joven odiaba ese nombre, pero se lo dijeron tanto que al cabo del tiempo se acostumbró.
A «Sparky» no le iba nada bien en la escuela. Todas las materias le parecían muy difíciles, en especial física. También le iba mal en los deportes, por lo que sus compañeros lo consideraban un increíble caso perdido y no le prestaban mucha atención. Socialmente Sparky parecía ser un perdedor profesional. No tenía amigos fuera del horario escolar, y ni hablar de invitar a salir una chica, tenía miedo de ser rechazado. Pero Sparky tenía un hobby que siempre llamaba la atención: le gustaba dibujar caricaturas y tiras cómicas. Cuando estaba terminando la secundaria trató de que algunos de sus dibujos fueran publicados en el anuario de la escuela, pero fueron rechazados. Pese a todo eso siguió dibujando. Su sueño era trabajar para Walt Disney, así que cuando se graduó les envió una carta con muestras de sus trabajos. Esperó por largo tiempo la respuesta hasta que un día llegó una carta diciendo que no tenían trabajo para él. Se entristeció, aunque no se sorprendió: de modo que decidió crear un personaje propio y empezar a vender sus tiras de dibujos cómicos.
Sus personajes fueron nada más ni nada menos que Snoopy y Charlie Brown. «Sparky» era el apodo de Charles Monroe Schultz, que llegó a ser uno de los caricaturistas más respetados del mundo. Con los protagonistas de sus caricaturas se creó un parque llamado «<Knotts Berry Farm», que en el sur de California es una de las máximas competidoras de Disneylandia, y que reciben a millones de visitantes por año. En la ciudad donde nació, hoy Sparky es considerado una celebridad.
La historia de Sparky puede parecernos sorprendente e inspiradora, y en realidad lo es, pero a mí me hace pensar en lo valiente que fue, y en cómo él podría haberse dejado invadir por pensamientos de desánimo, pensamientos de derrota “yo nunca lo voy a lograr” “mejor me conformo con un trabajo con el que pueda vivir y listo” y muchas otras cosas que tal vez vos te pongas a pensar si estuvieras en su lugar, y con la vida de un cristiano pasa algo parecido, “ser cristiano es muy difícil” “ser cristiano es aburrido” “ser cristiano es para santitos” “yo nunca voy a dejar de portarme mal”… etc. etc.
Creo que todos en algún momento pensamos en esto, pero es ahí cuando tenemos que recordar los versículos de hoy, aunque me equivoque vuelvo a comenzar, aunque muchas veces quiera hacer las cosas bien y sea difícil confío en Jesús quien me da la victoria, él es quien me ayuda, y reforzar cada día mucho mas nuestra amistad con él.
A pesar de tener todo en contra, muchas personas se esforzaron y contra todo pronóstico lograron lo que se proponían. ¿Cuánto más nosotros por medio de aquel que nos amó eternamente? Con él siempre seremos ganadores.
Señor Dios, quiero expresarte que estoy agradecido eternamente por lo que haces en la vida de la gente. Gracias porque si te busco puedo encontrarte. Gracias porque en la Biblia y en la vida podemos ver gente que te amó que nos sirve de ejemplo para vivir. A veces hago lo que no quiero y no lo que deseo, pero tu gracia me sigue dando oportunidades. Gracias.

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