¿Y AHORA QUÉ?
- enfocadosadolescen
- 2 dic 2020
- 3 Min. de lectura
¿Y ahora?, ¿Qué hago?, ¿Cómo sigo?, ¿Cómo termino?...
Cuando empezó este año, estaba re emocionada, ya sabía algunas actividades que quería hacer cómo y cuándo, hasta me compré una agenda para tenerla bien completa y a fin de año ver todo lo que hice, pero no pude hacer muchas de esas cosas que quería, que me había propuesto y había planeado.
Obviamente que cuando anunciaron que teníamos que hacer cuarentena por 15 días, pensé (y creo que todos pensaron lo mismo) que en 15 días iba a ser todo normal de vuelta, pero cuando caí y me di cuenta de que esto no iba a terminar antes de Navidad, me re frustré y afligí, y como dije antes no pude hacer mucho de todo lo que quería.
Sin embargo, sé que para algunos fue mucho más complicado lidiar con tantas tareas, el aprendizaje y los conocimientos nuevos que tuvieron que alcanzar para poder seguir al ritmo de todo y todos; aquellos padres que tuvieron que hacer de maestros en casa, los maestros que tuvieron que reinventarse con las nuevas maneras de enseñar, hermanos que solo tenían un celular en casa para todos y todas las tareas que mandaban, para otros quizás fueron unas vacaciones XXXL. Pero a todos en un punto nos afectó o en algo nos cambió, ya nos hartó estar con el celu, con la compu, hacer tarea, hacer nada, nos cansamos, nos estresamos, queríamos dejar todo, y entre tantas otras sensaciones y sentimientos que ni podemos describir con palabras. Pero a pesar de todas las dificultades y cambios que nos trajo este año, creo que fue bueno y necesario aislarnos un poco de todo; yo, en lo personal, aprendí un montón de cosas, y pese a que no pude hacer lo que tenía planeado, hice muchas otras cosas que no hubiese hecho si no hubiese pasado lo qué pasó.
A lo que quiero llegar con todo esto es, hacernos ver que entre todo lo “malo” que nos pasó, hubo momentos, palabras, personas, que nos alegraban el día y nos motivaban a seguir; que veamos que entre todas las dificultades que nos trajo este 2020, Dios siempre encontró una manera de hacernos sentir felices, tranquilos, de que siempre podemos aprender alguno nuevo y que nos demos cuenta que no somos los únicos que tienen problemas, que todos (hablando de este año en particular) en algún punto nos sentimos desanimados y sin esperanza, pero si le contamos a Dios lo que nos está pasando, los problemas que tenemos, que es lo que nos desanima y angustia, Él nos va a dar la fuerza que necesitamos, tal como dice en estos versículos:
“En Él puedo descargar mi angustia; sin temor le puedo expresar mis quejas. Cuando estoy perdido, tú me muestras el camino.” Salmos 142:2-3a
“Pero los que tienen su esperanza puesta en el Señor renovarán sus fuerzas.” Isaías 40:31a
Estos son solo dos versículos, pero la Biblia está llena de palabras que nos animan, nos ayudan a seguir y nos muestran lo bueno que es nuestro Papá Dios con nosotros. Así que te invito a que cada día puedas leer y aplicar la Palabra de Dios en tu vida, te puedo garantizar que es una de las mejores cosas que podés hacer.
“Dios mío, cuando te pedí ayuda, tú me respondiste; me diste ánimo y renovaste mis fuerzas.”
Salmos 138:3

Comments