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PLANEANDO EL FUTURO...

  • Foto del escritor: enfocadosadolescen
    enfocadosadolescen
  • 16 dic 2020
  • 2 Min. de lectura

En los blog anteriores estuvimos viendo sobre cómo muchos de los planes que teníamos para este año se vieron frustrados por toda la situación que vivimos en este caótico 2020, pero más allá de eso siempre es bueno plantearse metas y objetivos, por más de que estos se vean modificados por las circunstancias el tener metas nos ayuda a marcar nuestro rumbo, a direccionarnos y después evaluar cuan determinados fuimos con lo que queríamos hacer.


Hoy quiero hablarte justamente de eso, de “La Importancia de Plantearte Metas”, para eso vamos a ver 4 verdades fundamentales que te ayudarán a entender lo que es tener metas en la vida; y ahora que estamos a pasos de iniciar un nuevo año es una buena oportunidad para ponerte algunas metas a futuro. 1. Fuimos Diseñados para Perseguir Metas

Eclesiastés 9:10 dice: “Y todo lo que podamos hacer, hagámoslo con alegría. Vamos camino a la tumba, y allá no hay trabajo ni planes, ni conocimiento ni sabiduría.”

¿Qué es una Meta? “Una meta es un objetivo, propósito o sentido de dirección hacia el cual dirigimos nuestras energías, anhelos y esfuerzos”. Dios nos diseñó con la capacidad de plantearnos metas y conquistarlas.


2. Las Personas Con Metas son diferentes a las que No tienen Metas

3. Sueños no son Metas

Hay personas que consiguen poco o nada en la vida porque se engañan a sí mismas. Creen que sus sueños son suficientes para triunfar, pero no es así. La verdad es que “sueños y metas no son lo mismo”. - Un sueño: es un anhelo, un deseo, una expectativa de conseguir o hacer algo. - Una Meta: es la declaración de una intención con el firme propósito de conseguir o hacer algo específico. “Los sueños son la semillas de las metas”. Toda meta nace de un sueño; pero si el sueño no se pone por escrito con tiempos establecidos para cumplirlo, lugares específicos para realizarlo y nombres de las personas afectadas por la meta, siempre quedará solo en un sueño. 4. Procura que tus Metas agraden a Dios. Para que nuestras metas tengan más probabilidades de concretarse no alcanza solo con orar, pedir y encomendarlas a Dios, lo que está bien; pero es necesario que estas metas busquen en primer lugar agradar al Padre.

¿Cuáles son esas metas que perseguirás el año que viene?

Proponete metas que sean reales, productivas y dignas de alcanzar, que produzcan en vos el crecimiento personal que Dios quiere que alcances.




 
 
 

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