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“Perdonar, perdonarme y volver a empezar”

  • Foto del escritor: enfocadosadolescen
    enfocadosadolescen
  • 2 jun 2021
  • 2 Min. de lectura

Vos y yo guardamos cosas, como fotos, recuerdos, momentos vividos, todos guardamos ciertas cosas.

Una abuela acaparadora (un tanto egoísta) se negó a deshacerse de cualquiera de sus cosas. Su familia fue triste testigo de dos consecuencias terribles para ella: perdió el sueño, y perdió tesoros. Perdió el sueño porque no podía descansar al tener su cama llena de cachivaches. Y perdió tesoros porque no los podía encontrar bajo las montañas de basura. Joyas, fotos, y libros favoritos estaban fuera de su alcance.


¿Quién quiere aferrarse a los desechos del pasado?

Yo no, ¿Qué decís vos? (no nos referimos a tu casa sino a tu corazón). Esas montañas de basura pueden ser situaciones de enojo o heridas del pasado. Un recorrido por nuestro corazón podría ser revelador. Una pila de rechazos amontonados en una esquina, imágenes de personas que te hirieron, etc.

Nadie te culpa, tuviste que lidiar con los que te rompen promesas, causan heridas, quitan la inocencia. Sin embargo, ¿no te parece lógico deshacerte de esta basura? ¿Queres darte una oportunidad cada día? Jesús te dice: “concede la gracia que te ha sido dada”.


Jesús nos puede ayudar a avanzar por medio de un proceso de dos actos:

Primer acto: Dios perdona lo imperdonable.

Dios perdona los billones y trillones de pecados de la humanidad egocéntrica, incluyéndonos.

Él nos ama mucho y nos declara inocentes sin pedirnos nada a cambio. Por medio de Jesús nos ha librado del castigo que merecían nuestros pecados” Romanos 3:24


Sí, Dios perdona lo imperdonable. Si esta fuera la única enseñanza tendríamos mucho en que pensar, pero solo es el primero de dos actos.


Segundo acto: Hacemos lo impensable, los perdonados se rehúsan a perdonar.

Conducta incomprensible. Un perdón sin condiciones debería producir un perdonador sin condiciones ¿no es lógico?

Pero antes de todo, ¿aceptamos el perdón de Dios? Porque sin este se nos haría muy difícil perdonar.


- “Pero… el dolor es muy profundo”

Si, te sacaron demasiado, buenos momentos, amistades, familias, oportunidades, etc. ¿Porque que permitir que te sigan robando? El perdón es lo que nos aleja y nos libera de esa carga que llevamos con nosotros.

- “Pero... lo que me hicieron fue terrible”

Seguro que lo fue, perdonar no significa aprobar, no estás validando la mala conducta, estás encomendando tu ofensor “al que juzga justamente” 1 Pedro 2:23

- “Pero… estuve enojado mucho tiempo”

Y el perdón no vendrá de la noche a la mañana, pero sí podés dar los primeros pasos. Perdona en fases. Deja de sentir asco al decir el nombre del causante, empezá a orar por él o ella, y aunque sea difícil, intenta comprender su situación.

No podremos perdonar de corazón si primero no aceptamos el perdón de Dios en nuestra vida, el cual no tiene condiciones, es ilimitado, y nos regala sin importar lo que hicimos.



Al fin de cuentas, solo nosotros decidimos qué se arraiga en nuestro interior.


Ojalá optes por el perdón.













 
 
 

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