PERDIENDO EL CONTROL
- enfocadosadolescen
- 6 may 2020
- 2 Min. de lectura
Para introducirnos en el tema vamos a comenzar por definir la palabra “adicción”
Adicción: hábito de conductas peligrosas o de consumo de determinados productos, de los cuales no se puede prescindir o resulta muy difícil hacerlo por razones de dependencia psicológica o fisiológicas.
Cuando hablamos de adicciones automáticamente pensamos en drogas, alcohol y cigarrillos. Pero en realidad podemos ser adictos a muchas cosas, como por ejemplo, el celular, televisión, pornografía, videojuegos, etc. Hoy en día la onda es “siento, luego actúo”. En nuestro alrededor, lo que vemos en la televisión, las canciones que escuchamos, nuestros amigos y muchísimas cosas más nos hacen creer que “si sentís, está bien, hacélo”. Muchas veces sin darnos cuenta la sociedad nos presiona para que cada uno haga lo que sienta y a diario tenemos miles de tentaciones que tenemos que evitar. Pero nuestra mente juega un papel muy importante a la hora de resistir una tentación.
1 corintios 10.13 dice “Ustedes no han pasado por ninguna tentación que otros no hayan tenido. Y pueden confiar en Dios, pues él no va a permitir que sufran más tentaciones de las que pueden soportar. Además, cuando vengan tentaciones, Dios mismo les mostrará cómo vencerlas, y así podrán resistir”.
Veamos un ejemplo: la carnada es algo atractivo que lleva al pez a morder el anzuelo, este lo atrapa y se convierte en pescado, y muy probablemente luego pase a ser un pescado frito.
Cuando alguien empieza a practicar o formar un hábito de algo malo, al principio quizá puede llegar a sentir rechazo, pero después se acostumbra. Con el tiempo llega a parecerle normal, y cada vez es más difícil distinguir entre lo que está bien y lo que está mal. Estos hábitos los tenemos todos los días frente a nuestros ojos, como pueden ser: jugar mucho tiempo videojuegos o estar con el celular, puede que nos lleve a ser adictos y depender de eso, o también perder el tiempo de poder relacionarnos con las personas. Yendo un poco más lejos, probar droga o parecer interesantes fumando, nos puede llevar a ser adictos controlados por las drogas o sufrir enfermedades. Y así podríamos pasarnos horas enumerando ejemplos de malos hábitos que nos pueden arrastrar a las adicciones y convertirnos en “pescados fritos”.
Pero ¿cómo dominamos esto? Dominio propio y disciplina. La solución está en Jesús, en tener una relación personal con él, nos ayudará a enfrentar las tentaciones y así no caer en adicción. Jesús nos ama, y eso nada ni nadie puede cambiar. No nos dejemos atrapar por la “carnada” puede parecer sabrosa, pero es sólo una trampa.
Nadie más que nosotros mismos somos responsables de nuestras vidas y decisiones.
Escrito por un adolescente

コメント