La Llamada

Imaginate tener una conversación con uno de tus mejores amigos, todo lo que hablan, comparten, sentimos como si el tiempo no alcanzara a veces y ahora imagínate una conversación con alguien desconocido, alguien en el colectivo, en una reunión a la que vas por primera vez y se te presenta la oportunidad que hablar con esa persona, cómo empezar esa incomoda charla, de qué hablar, etc.

Dios quiere comunicarse con nosotros, como en el primer ejemplo, como si conversáramos con un amigo, al principio, como aquellos que no se conocían tanto cuesta entrar en confianza, no sabemos muy bien cómo o de qué hablar pero más adelante esta confianza se va generando y las charlas se vuelven interminables, y el tiempo casi no alcanza como para aquellas parejas que ya se conocían más y tenían mucho de qué hablar, Jesús quiere que generemos esta confianza y esta relación con él.

«POR ESO LES DIGO: CREAN QUE YA HAN RECIBIDO TODO LO QUE ESTÉN PIDIENDO EN ORACIÓN, Y LO OBTENDRÁN» MARCOS 11:24

Una de las grandes claves para cualquier relación es la comunica­ción y al hablar de nuestra relación con Dios, uno de los milagros más increíbles es el regalo de la oración.

La oración es ese diálogo que Dios inventó para que estuviéramos en contacto continuo con él. «Podes hablar con Dios todos los días, a la hora que quieras y conversar de lo que quieras, no hace falta todo un protocolo para lograrlo y el estará atento para escuchar­te y responderte».

Orar es dialogar con Dios de la misma manera que hablamos con un amigo y nos divertimos, lloramos y reímos.

Es como marcar un número de emergencias para recibir pronto auxilio y tener la seguridad de que del otro lado hay siem­pre alguien dispuesto a escucharte.

Y por eso este versículo dice que creamos que vamos a recibir lo que pedimos en oración, porque Jesús está diciendo que la oración funciona, que ha sido escuchada, que él ya sabe todo lo que necesitas,

La Biblia también dice: «NO SE INQUIETEN POR NADA; MÁS BIEN, EN TODA OCASIÓN, CON ORACIÓN Y RUEGO, PRESENTEN SUS PETICIONES A DIOS Y DENLE GRACIAS» FILIPENSES 4:6

Nunca permitas que la duda se apodere de vos y te lleve a pensar que Dios no te escucha. Él siempre lo hace, así que siempre ora, habla con Dios, hacé esa llamada, con la certeza de que el té está escuchando a pesar del bullicio o el ruido que pueda haber a tu alrededor.

Mira lo que nos dice Juan respecto a esto: «Y, SI SABEMOS QUE DIOS OYE TODAS NUESTRAS ORACIONES, PODEMOS ESTAR SEGUROS DE QUE YA TENEMOS LO QUE LE HEMOS PEDIDO» 1 JUAN 5:15

Dios sabe mejor que nosotros lo que necesitamos así que, aunque en nuestra mente y con nuestras palabras hayamos dicho una cosa, Dios escuchó tu corazón. A veces, cuando las palabras no salen de nuestra boca y lo único que brotan de nosotros son lágrimas, Jesús las toma como la oración más honesta que podamos hacer, ¿y sabes por qué? Porque Jesús conoce muy bien el lenguaje de nuestro corazón, sabe mejor que vos lo que le estas pidiendo.

Cuando dice todas, se refiere a TODAS. No hay oración tonta, no hay oración pequeña, no hay oración irrelevante, no hay ora­ción a la que nuestro Dios no le ponga atención.

ORAR ES ESTAR EN COMUNICACIÓN CONTINUA Y HONESTA CON EL MEJOR AMIGO DE TODOS.

Las crisis más grandes suceden en nuestras vidas cuando deja­mos de hablar con Dios y por eso este es un hábito urgente para esta nueva vida que comienzas a disfrutar en estos días.

Tu oración es importante para Dios. Prueba hacerlo sonreír y reír a Dios y te sorprenderás.

Hacé esa llamada, usando tus propias palabras, en tu propio lenguaje.