¿Dónde está tu corazón?

• Vendan todo lo que tienen, y den a los necesitados; procúrense bolsas que no se hagan viejas, riqueza sin fin en el cielo, donde el ladrón no puede entrar ni la polilla destruir. Pues donde este la riqueza de ustedes, allí estará también su corazón. Lucas 12: 33-34

Estos días mientras me encontraba cumpliendo la cuarentena, la mayor parte del tiempo en casa, observaba al pasar unos pares de zapatillas que me regalaron justo antes de comenzar todo este proceso de aislamiento social, por motivo de mi cumpleaños, aún no he tenido oportunidad de usarlos y están ahí, en su envoltorio intactos, esto aunque parezca algo sin importancia me hizo reflexionar, cuantas cosas tenemos acumuladas, en nuestro guardarropas, en nuestra casa, en nuestra billetera, etc. Claro que siempre es bueno buscar verse bien y progresar en nuestra economía pero, es ahí donde debe estar nuestra mayor atención, nuestra dedicación y todo nuestro tiempo… es ahí donde debe estar nuestro corazón…

Al corazón están asociadas las emociones, los pensamientos, la inteligencia, la mente, lo que verdaderamente hay en nuestro interior; muchas veces nuestras emociones se basan en lo que podemos tener o comprar, -que bien se siente llegar al entrenamiento con una zapatilla nueva y que los demás lo noten y te lo hagan saber, pareciera que nuestro corazón no puede contenerse en el pecho-, subir a nuestras redes sociales eso nuevo que nos hemos comprado, buscando la aprobación y el LIKE de nuestros seguidores, o viceversa, cuantas veces no hemos querido asistir a reuniones que nos invitan nuestros amigos por no tener “que ponernos”, o no tener algo nuevo que podamos estrenar y tal vez tener que repetir algún outfit… mucho de nuestro tiempo en la vida nos la pasamos dándole mayor importancia a nuestro exterior, y el interior como lo tenemos… Este tiempo en el que nos toca quedarnos en casa, bajar unos cuantos cambios, y estar rodeados de personas con las que convivimos, pero que tal vez nunca nos hemos tomado el tiempo de conocerlos en realidad, inclusive, si se trata de nosotros mismos, es ahí cuando comenzamos a ver esos pequeños detalles, valorar esos pequeños momentos, y comenzar a ver muchas cosas que tal vez no queríamos ver o no las podíamos ver con tanto ajetreo diario, es momento de comenzar a trabajar en lo que realmente importa, las relaciones con mis seres más queridos, el dialogo, el perdón, el afecto, y con nosotros mismos, conocernos, reinventarnos, crecer, aprender algo nuevo, y este es el momento ideal para hacerlo, para acercarnos a Jesús, nuestro Creador, conocer su propósito para nuestra vida y todo lo maravilloso que Él tiene para enseñarnos.

Aprovecha este tiempo, no solo para ver series, películas y comer como si fuera a acabarse todo el alimento de la tierra, sino para poner tu corazón, pensamientos, emociones y mente, en las cosas que no pasan de moda ni se las comen las polillas, sino en aquellas cosas que aunque pasen los días y los años seguirán estando, y la primera de ellas es la Vida Eterna, que aun si en este mismo momento dejáramos de existir lo único que no dejaría de existir seria la certeza de estar por siempre con Jesús.

Que en estos días en los que afuera todo es pánico y caos, decidas comenzar a poner en primer lugar lo que merece estar ahí, cuando decidimos darle a Jesús el primer lugar en nuestras vidas y en nuestro corazón comenzamos a conocerlo mejor, y a descubrir de su mano los planes que tiene para nosotros, y cómo podemos bendecir a los demás, es Jesús quien hace que podamos ver más allá de nosotros mismos, que podamos ver lo que realmente importa, y es ahí donde todo comienza a cobrar sentido en nuestras vidas.

#ENFOCADOS